2024
EnsayoPor Víctor Suazo Pereda, arquitecto y estudiante del diplomado “Liderazgos para la regeneración ecosocial” del Instituto para el Desarrollo Sustentable UC.
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La aguda crisis socioambiental de la que somos parte nos posiciona en escenarios complejos y dramáticos que, al no haber sido atendidos oportunamente, han puesto en riesgo la preservación de las diversas formas de vida. Pero también, enfoques emergentes como la regeneración ecosocial abren caminos para imaginar otros futuros posibles. Sin pretensiones de exhaustividad, el presente ensayo tiene por objetivo presentar reflexiones personales sobre los conceptos de transición al alero del “modelo de los dos bucles”, regeneración ecosocial y su rol práctico para la transformación de la realidad desde una perspectiva crítica. Se argumenta que la discusión sobre un sistema de regeneración ecosocial es también una discusión sobre las relaciones de poder y, por lo tanto, es un también un problema político.
Basado en los sistemas vivos, el “modelo de los dos bucles” ha sido utilizado para explicar los procesos de cambio no lineal en sistemas complejos. Según este modelo, ambos sistemas, representados cada uno de ellos por un bucle, estarían conectados por puntos de transición donde conviven aspectos de cada sistema, particularmente, en los momentos de decadencia del sistema antiguo y los momentos de crecimiento del nuevo sistema (Systems Innovation, 2019). Esto implica que, en aquellos espacios de encuentro, para que un nuevo sistema nazca, algunos aspectos del sistema anterior deben ser considerados.
No es novedad que el sistema capitalista vigente de manera generalizada en las sociedades actuales constituye un sistema de producción que ha desconocido los límites del planeta y sus ecosistemas naturales para la reproducción de capital. La lógica mecanicista y lineal, muy propia del capitalismo, ha concebido la reproducción de capital como uno de sus principales motores de desarrollo que ha ido agotando de manera vertiginosa los límites planetarios y por ende, profundamente insustentable.
En el escenario planetario actual y llevando el modelo de los dos bucles a una discusión civilizatoria, implicaría que el capitalismo, como sistema imperante y vigente, permanecerá durante los procesos de transición hacia lo que suponemos será un sistema ecosocial regenerativo. ¿Pero, es posible, deliberadamente, conservar en armonía – aunque temporalmente (o, al menos, en el supuesto) – un “abono” conformado por la regeneración ecosocial y el capitalismo? ¿Es posible conservar, en el nacimiento de un sistema regenerativo, valores de un sistema que se ha sustentado en desigualdades de clase, raza, género y etnia y que se ha basado en la devastación de la naturaleza para la reproducción de capital?
Pierre Bourdieu (1988) define el habitus como un conjunto de disposiciones duraderas y transferibles que los individuos adquieren a través de la socialización. En este sentido, el habitus corresponde a las estructuras sociales objetivas interiorizadas e incorporadas por los individuos en forma de esquemas de percepción, valoración, pensamiento y acción. En sociedades capitalistas como las que experimentamos, el capitalismo se encuentra imbricado en diversas dimensiones de la vida cotidiana. Entonces ¿Cómo desaprender, a nivel individual y colectivo, el “habitus capitalista” y aprender un “habitus regenerativo”? ¿Cómo un “habitus regenerativo”, con cambios significativos a nivel de conciencia socioambiental, puede ser efectivo en contextos de devastación planetaria por efecto de un sistema basado en la reproducción de capital para la transformación de la realidad? ¿Cuán condicionado se encontraría este “habitus regenerativo”? ¿Es posible pensar un modelo regenerativo dentro del propio capitalismo?
La discusión de la transición entre sistemas supone la reflexión integral sobre un paradigma de sociedad distinto. Vale decir, un modelo civilizatorio basado en pilares radicalmente opuestos a los vigentes. La transición ecosocial hacia un sistema regenerativo implica grandes complejidades en contextos inciertos y cambiantes. A continuación, se identifican tres grandes desafíos.
El primero de ellos, radica en la complejidad que supone imaginar la expresión práctica de la transición, es decir, en la identificación de las características de la transición ecosocial desde un sistema capitalista a uno regenerativo. Más aún, en contextos en los que el capitalismo ha permeado en todas las dimensiones de la subjetividad y la vida cotidiana, presentándose en muchas ocasiones como el único camino posible de desarrollo. En definitiva, este primer desafío implica una disputa por la imaginación de otros futuros posibles, tensionando los modelos mentales arraigados en las sociedades contemporáneas.
Sin embargo, no solo es desafiante imaginar las características de la transición ecosocial, sino que, además, la temporalidad en la que sucede. Mientras que los procesos de transformación civilizatoria son complejos y, muchas veces, extendidos en el tiempo, la acelerada crisis planetaria de la cual somos parte nos obliga a adoptar medidas con sentido de urgencia, tensionando, como segundo desafío, la velocidad de la transición ecosocial. En este sentido ¿Cuáles son las posibilidades temporales de una transición “fluida” de un sistema a otro? ¿Cómo actuar con urgencia atendiendo la complejidad e integralidad del proceso de transición y reconociendo las relaciones de poder imbricadas en los sistemas actuales?
Finalmente, el tercer desafío y principal argumento de este ensayo, radica en resguardar el enfoque de regeneración ecosocial como herramienta crítica de transformación de la realidad. Como ha ocurrido en el pasado con conceptos como la “sustentabilidad” y su abordaje a partir del green washing, el enfoque de regeneración ecosocial corre el riesgo de ser utilizado con fines instrumentalizados, que terminarían por despojarlo de su utilidad para la praxis, es decir, para la reflexión crítica y la acción transformadora sobre el mundo (Freire, 1987).
En este sentido, el enfoque crítico de la regeneración ecosocial debe considerar la praxis como uno de sus motores, porque la discusión y acción sobre un sistema ecosocial regenerativo debe ser un proyecto y un proceso político de transformación de la realidad. Leer la regeneración ecosocial en clave política es uno de los principales elementos para facilitar la transición hacia otros futuros posibles.
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Bibliografía
*Negritas e imágenes seleccionadas por el editor.