1. Iniciokeyboard_arrow_right
  2. Vinculaciónkeyboard_arrow_right
  3. Contenidos de divulgación keyboard_arrow_right
  4. Evaluar la calidad del aire y los riesgos asociados con m...

Evaluar la calidad del aire y los riesgos asociados con métodos de fácil uso, involucrando a la ciudadanía: un desafío en las zonas de sacrificio ambiental en Chile

Relave TIL tIL

2025

Artículo

Lucie Le Goff, investigadora postdoctoral del Instituto para el Desarrollo Sustentable (IDS UC), participó en un biomonitoreo interdisciplinario basado en la combinación de la geoquímica (biomonitoreo) y las ciencias sociales (percepción del riesgo), en asociación con los habitantes, permitió evaluar los riesgos para el medio ambiente y la salud asociados a la presencia de metales en el aire en la zona de sacrificio ambiental de Til Til.

Este artículo evalúa la calidad del aire cruzando análisis bioquímicos y saberes de los habitantes de la provincia de Chacabuco (Región Metropolitana de Santiago, Chile), donde prevalece la incertidumbre hacia el riesgo sanitario dada la gran concentración de infraestructuras industriales, entre ellos dos tranques de relave mineros, en la zona de sacrificio ambiental de Til Til.

Eva Schreck (geoquímica), Lucie le Goff (geógrafa) y Zoë Fleming (química atmosférica), principales coautoras del artículo, reflexionan en torno a este proyecto interdisciplinario internacional.

La originalidad de este trabajo reside en el desarrollo de un dispositivo interdisciplinario de vigilancia de la calidad del aire que incorpora los conocimientos de los residentes locales para producir una evaluación medioambiental más cercana a las preocupaciones sanitarias de los habitantes de los territorios productivos. Mediante una combinación entre percepción social del riesgo, cartografía cognitiva y análisis bioquímico del polvo atmosférico, se propone una estimación de los riesgos ambiental y sanitario actuales para aportar respuestas a las incertidumbres de las poblaciones locales cotidianamente expuestas, en la ausencia de un sistema de monitoreo público permanente en la zona.

Nuestro objetivo fue caracterizar el estado de la calidad del aire y determinar la existencia de riesgos ambientales y sanitarios, mediante una investigación interdisciplinaria vinculando geógrafas (Laboratoire Géographie de l’Environnement (GEODE), Université de Toulouse Jean Jaurès, CNRS, France), socióloga y geoquímicos (Laboratoire Géosciences Environnement Toulouse (GET), Observatoire Midi Pyrénées, Université de Toulouse, CNRS, France). Se realizó integrando conocimientos locales y científicos, transformando las inquietudes de los habitantes en preguntas de investigación y valorizando su percepción del riesgo de contaminación atmosférica, tanto para determinar sitios de muestreo relevantes como para analizar los resultados del biomonitoreo. El polvo atmosférico analizado fue recolectado a través de dos instrumentos de fácil uso y de menor costo instalados en cinco sitios consensuados con la comunidad local: 1/ plantas epífitas conocidas como “claveles del aire” (Tillandsia bergeri) y 2/ recolectores Owen parecidos a baldes, donde se depositaban naturalmente las partículas. Los habitantes colaboraron en la instalación y recolección de las plantas tres veces al año.

“Estudiamos con métodos de bajo costo en conjunto con los habitantes de los pueblos de la provincia de Chacabuco, que viven al lado de relaves mineros, industrias y contaminación agrícola, su exposición a contaminantes. Durante la pandemia, con difícil acceso para el muestreo, estos métodos de bajo costo de recolección de polvo y de uso de plantas que absorben contaminantes han sido exitosos para realizar una identificación exhaustiva de concentraciones de metales y potenciales efectos en la salud humana en varias localidades. Esto, en conjunto con un análisis de viento y la localización de las potenciales fuentes, puede señalar los lugares con mayor riesgo para la salud y de donde provienen los metales”, explica Zoë Fleming.

El análisis de las cartografías y discursos revelaron una zona de mayor preocupación ambiental en un espacio que denominamos “el triángulo de la incertidumbre” y una zona de exposición al riesgo de contaminación del aire en el centro y noreste de la provincia de Chacabuco. Los habitantes temen que los remolinos de polvo en suspensión que ocurren estos últimos años tengan consecuencias en su salud.

Las plantas muestran una acumulación de metales (As, Cu, Cr, Mn, Pb, Ni, Zn) que varía según el lugar bajo la influencia de los factores abióticos (viento y, en menor medida, lluvias). Respecto a la evaluación de los riesgos, el análisis de las plantas revela un riesgo ambiental en la zona de estudio con tres sitios (Santa Matilde, El Colorado y Polpaico) moderada a altamente impactados (factores de enriquecimiento e índices de contaminación). En paralelo, los análisis microscópicos y espectroscópicos identifican diferentes orígenes de los metales(loides) en el aire. Por ejemplo, en Santa Matilde provienen de tranque(s) de relave minero, en El Colorado de actividades industriales y agrícolas, en tanto que en Polpaico de actividades industriales. Mientras tanto, el análisis del polvo de los medidores Owen descarta la existencia de riesgo sanitario por inhalación (cociente de peligrosidad o riesgo de cáncer) en las condiciones actuales. Sin embargo, se sugiere desarrollar un monitoreo permanente para tomar en cuenta la exposición crónica y los efectos medioambientales a largo plazo.

“Esta investigación evidencia la contaminación atmosférica en la provincia de Chacabuco, un lugar ya identificado por la población local como “zona de sacrificio ambiental”. Mediante cifras y análisis químicos, confirmando la percepción de la población local sobre la contaminación y su exposición a metales tóxicos. Esta contaminación atmosférica depende de los lugares de estudio y, aunque siga siendo limitada y localizada, podría tener consecuencias ambientales y sanitarias debido a la exposición crónica de la población”, resume Eva Schreck.

A modo de conclusión, la percepción espacial del riesgo de contaminación atmosférica de los habitantes coincide en gran medida con la zona donde se evidenciaron índices de contaminación ambiental. El estudio muestra que, en realidad, es aún más amplia. Las mediciones en terreno revelan un riesgo de contaminación del aire modelado por corredores de vientos dominantes que se extienden desde la localidad de Polpaico al suroeste hasta la localidad de El Colorado al noreste, incluyendo los alrededores de la planta de cemento y los relaves mineros. Asimismo, se confirma que el “triángulo de la incertidumbre” es el área de mayor concentración en metal(loides) en el aire. Además, los datos geoquímicos coinciden con la percepción de los habitantes en la identificación de algunas fuentes de contaminación cercanas a los sectores residenciales.

Para las investigadoras, la interacción entre distintos tipos de conocimiento es una baza para enriquecer la investigación científica en el ámbito socioambiental. Dado lo anterior, cruzar saberes locales y científicos es pertinente para potenciar el alcance de las investigaciones interdisciplinarias en zonas expuestas a riesgos socioambientales.

“El proceso de interacción entre distintos tipos de saberes permite ir más allá en la co-construcción de datos interdisciplinarios y, sobre todo, toma en cuenta la percepción de los habitantes locales y la cartografía cognitiva, a menudo demasiado descuidadas en la evaluación de los riesgos para la salud por parte de las políticas públicas”, subraya Eva Schreck.

“Esta investigación demuestra la complementariedad entre los datos sociales y los provenientes de mediciones instrumentales, así como la pertinencia de valorar la dimensión sensible y experiencial de la vida cotidiana. Las preocupaciones ambientales de la gente no son irracionales. Al contrario, las percepciones de los riesgos pueden considerarse una herramienta para orientar, calibrar, analizar e interpretar los datos producidos durante las campañas de medición”, insiste Lucie Le Goff.

“Los residentes tienen una idea de donde viene la contaminación. Haciendo entrevistas y mapeo comunitario, reconstituimos las preocupaciones y percepciones del momento. Cruzándolas con los datos en terreno, podemos asegurarles que, aunque existe contaminación, ésta no parece ser de alto riesgo. Pero está muy variado, ya que estar bajo el viento (sotavento) de las amenazas ambientales, significa ser expuesto a un mayor riesgo de contaminación”, añade Zoë Fleming.

En este contexto, aparece interesante desarrollar localmente a futuro un proyecto de monitoreo ciudadano que involucre a las comunidades locales en las distintas etapas del proceso de investigación.

“La relación de las percepciones y representaciones sociales con los resultados geoquímicos confirma que los residentes locales son centinelas irremplazables para detectar riesgos en sus espacios de vida. Viven la evolución de su territorio mejor que nadie y están en primera línea cuando se trata de los impactos negativos de los cambios en el uso del suelo. Profundizar en el camino de la ciencia participativa con proyectos de investigación co-construidos permitiría generar una investigación científica transformativa lo más cercana posible a los problemas socioambientales actuales”, propone Lucie Le Goff

“Este estudio mostró la posibilidad de unir comunidades locales e instrumentos de terreno muy sencillos para construir un estudio de riesgos de contaminación. Se puede confirmar sus percepciones y crear un mapa de potenciales exposiciones severas, aun cuando, en una zona con tan alta concentración de industrias, se ve que ningún lugar es libre de influencia. Estos resultados pueden ser contrastados con los de otras zonas de sacrificio, ojalá comparado en el tiempo y con zonas muy remotas sin amenazas antrópicas”, incentiva Zoë Fleming

Esto último permitiría tener en cuenta las recomendaciones emanadas de esta investigación, que corresponden sobre todo a “la toma en consideración del riesgo crónico de exposición en caso de perturbación del medio ambiente como consecuencia de las actividades extractivas. Además, el uso de herramientas o indicadores de bajo costo, desplegados en varios lugares, junto con entrevistas con la población local, son enfoques fiables. También, permiten implicar a los residentes locales en la evaluación de la calidad de su entorno de vida”, recuerda Eva Schreck.

Por último, la cooperación entre investigadores chilenos y franceses ha demostrado ser relevante para esta investigación.

“Ha contribuido a crear una dinámica común de reflexión y conocimiento compartido, basada en experiencias y conocimientos sólidos y diversos, establecidos en contextos medioambientales, sociales y políticos diferentes”, concluye Eva Schreck.

“La experiencia analítica y los instrumentos de alta gama de los laboratorios de Francia han permitido un análisis de varios parámetros que son difíciles de medir en Chile. El conocimiento local de Chile, de otros estudios en varias geografías de Chile han permitido poner en contexto los resultados. Estos estudios multi-matrices (aire, polvo y uso de plantas) son muy útiles en zonas con pocas mediciones ambientales y donde existe una potencial contaminación por aire, agua y suelo. Hay una creciente cantidad de estudios en “zonas de sacrificio” de Chile, estas zonas con alta influencia industrial, que es proporcional a la demanda de los habitantes expuestos”, destaca Zoë Fleming.

Contactos:

Eva Schreck, Laboratoire Géosciences Environnement Toulouse (GET), Observatoire Midi Pyrénées, Université de Toulouse, CNRS, IRD, 14 avenue E. Belin, 31400 Toulouse, France – eva.schreck@get.omp.eu

Lucie Le Goff, Instituto para el Desarrollo Sustentable (IDS), Pontificia Universidad Católica de Chile, Avenida Vicuña Mackenna 4860, Macul, Santiago, Chile / Millennium Nucleus on Citizen Technoscience for Socioenvironmental Transformation (CITEC), Santiago, Chile – lelegoff@uc.cl

Autores:

Eva Schreck, Lucie Le Goff*, Aude Calas, Zoë Louise Fleming*, Carme Bosch, Aubin Yettou, Mireia Mesas, Xavier Martínez-Lladó, Arturo Vallejos-Romero, Frédérique Blot, Carine Baritaud, Anne Peltier

*asociadas al Núcleo Milenio Tecnociencia Ciudadana para la transformación socioambiental – CITEC