El desarrollo sustentable es, ante todo, un desafío ético, el cual se articula desde una pregunta central: ¿cómo debemos relacionarnos entre nosotros, el resto de la naturaleza y las futuras generaciones? Aquí se busca examinar en profundidad las bases éticas necesarias para la convivencia socio-ecológica, en la cual:

  1. Se discuta el valor de la ética de la Tierra, de los bienes comunes y de justicia socio-ambiental como marcos orientadores del desarrollo sustentable;
  2. Se imaginen y faciliten caminos para la emergencia de ciudadanías y culturas de la sustentabilidad que tomen forma desde la heterogeneidad y la pluralidad;
  3. Que asuman activamente la responsabilidad de buscar futuros alternativos en pos del florecimiento del planeta en su conjunto.