De la casualidad a la transformación: La historia de Javiera del Canto, una diseñadora que encontró en la sustentabilidad un espacio de aprendizaje
Cuando Javiera del Canto ingresó a la Pontificia Universidad Católica para estudiar Diseño en 2019, no imaginaba que un curso tomado casi al azar cambiaría el rumbo de su vida profesional. Se tituló en 2024 como diseñadora, pero desde sus años de pregrado había un motor que la impulsaba constantemente: la curiosidad. “Un motor en general en mi vida es investigar y descubrir cosas, soy una persona muy curiosa diría yo”, confiesa. Esa inquietud sería la chispa que la llevaría a construir un camino inesperado en torno a la sustentabilidad.
Un encuentro fortuito con la sustentabilidad
Todo comenzó con una casualidad. Javiera quería inscribirse en un electivo con pocos cupos que requería un puntaje alto. No lo logró. Un amigo le sugirió un curso de sustentabilidad que “tenía muchos cupos y parecía interesante”. Así, sin mayores expectativas, se inscribió en el SUS1000.
“Lo tomé sin saber nada del curso”, recuerda Javiera. “Sabía que la sustentabilidad era un tema importante en términos generales, pero tampoco tenía mayores conocimientos al respecto”.
Era el primer semestre de 2020. Alcanzó a asistir a una sola clase presencial antes de que la pandemia transformara todo en modalidad virtual. Sin embargo, esa experiencia “inesperada” terminaría cambiando el rumbo de su vida profesional.
El punto de partida: SUS1000
El SUS1000 – CMD: Sustentabilidad es un curso de formación general de la Universidad Católica que aborda temas clave de sustentabilidad, que busca formar ciudadanos conscientes de los desafíos socioambientales actuales. A través de metodologías activas, tales como aprendizaje experiencial, dinámicas reflexivas, juegos de roles y salidas a terreno, lo que permite a los estudiantes vivir una experiencia educativa enriquecedora, muy cercana a las transformaciones sociales y ambientales que enfrenta el planeta.
El impacto del curso fue profundo e inmediato. “Este curso me abrió la cabeza respecto a lo que significa la sustentabilidad, la cantidad de dimensiones que implica”, explica Javiera. “La sustentabilidad tiene un montón de implicancias. Quizá lo primero que uno piensa es en el cambio climático, pero el área va mucho más allá; se relaciona con temas como la ética, la pobreza y desigualdad, la política, nuestros modelos mentales, y mucho más. Todos estos son aspectos que yo no relacionaba con la sustentabilidad antes de tomar el curso”.
Pero más allá del conocimiento teórico, el SUS1000 le mostró algo fundamental: su capacidad de agencia. “El curso fue un llamado a darse cuenta de que no solo esto es algo muy importante, sino que también es algo en lo que todos tenemos mucha agencia“, reflexiona. “La sustentabilidad no se trata solamente de combatir el cambio climático como fenómeno físico, sino dar un poco la pelea o luchar por un mundo más justo y que sea mejor para todos, no solamente humanos, sino también otras formas de vida”.
Su sección, liderada por Arturo Lorca y con ayudantes como Macarena Jiménez y Dani Valderrama, resultó ser especialmente prolífica. Varios de sus compañeros, incluida ella misma, continuarían vinculados al Instituto de Desarrollo Sustentable (IDS) en los años siguientes.


Del aprendizaje a la enseñanza
Al finalizar el curso, Arturo Lorca le escribió ofreciéndole la oportunidad de postularse como ayudante. Aunque al principio tuvo conflictos de horario debido a sus talleres de diseño, no fue hasta el segundo semestre de 2023 que su carga académica se lo permitió, y no dudó en postular.
Convertirse en ayudante le reveló una nueva dimensión del curso. “Lo que más me sorprendió era la cantidad de información que no se podía transmitir en clase, que es tanto que no alcanza en un semestre”, cuenta. “Hay tantas aristas, tantas cosas que se pueden conversar y también me sorprendió lo bien estructurado, pensado y fundamentado que estaba el diseño curso”.
Su trabajo como ayudante la llevó a integrarse más profundamente en el IDS, participando en programas de formación interna y colaborando en otros cursos. Eventualmente, dio el gran salto: convertirse en docente de una sección del SUS1000.
La profundización del conocimiento
Motivada por profundizar sus conocimientos de manera más estructurada, Javiera se inscribió en el Diplomado en Sustentabilidad y Regeneración Ecosocial del IDS. Su motivación era clara: “Esa búsqueda de un espacio de profundización en los temas que yo ya venía tocando y también de conectar con personas que estuviesen en distintas partes, en distintas posiciones, interesadas en este mismo tema”.
El Diplomado en Sustentabilidad y Regeneración Ecosocial es un programa de Educación Continua del IDS diseñado para fortalecer la capacidad de abordar la complejidad de los desafíos socioambientales desde una perspectiva interdisciplinaria. Busca, además, desarrollar la habilidad de identificar y liderar alternativas para el diseño de iniciativas a distintas escalas, con el principio fundamental de regenerar los ecosistemas y mejorar equitativamente el bienestar social. Dirigido a profesionales de diversas áreas, el programa combina marcos teóricos con experiencias prácticas, fomentando el diálogo entre diferentes saberes y realidades territoriales.
La experiencia del diplomado superó sus expectativas: “De las cosas que más rescato del diplomado es la diversidad de personas que lo toman“, explica. “El hecho de que sea online también permite que haya personas de distintas partes del país, con distintas experiencias, distintas realidades y distintas visiones sobre temas en los que es muy importante tomar en consideración toda esa variedad de miradas”.
Los aprendizajes fueron tanto profesionales como personales: desde teorías sobre cuidado de suelos y ecofeminismo hasta biomímesis, pero especialmente “una sensación diría yo de que hay mucho por hacer”.
La experiencia de ser docente
“Llegar a ser docente de una sección en SUS1000 fue un gran paso”, reconoce Javiera. “Significó muchísimo para mí, obviamente en términos de currículum pero sobre todo en términos de la oportunidad de trabajar directamente con estudiantes, de tener cierta autonomía en diseñar las clases”.
Su experiencia docente, primero en co-docencia con Daniela Orellana en Campus Oriente y luego en San Joaquín con su propía sección le confirmó algo esencial sobre la metodología del curso: “El aprendizaje se genera entre estudiantes y docentes, no viene desde arriba, no venimos nosotros como docentes del SUS1000 a entregar información concreta y que los estudiantes la tomen, sino que venimos a levantar preguntas, a que surjan distintas opiniones, a aprovechar la riqueza de la conversación”.
Su mensaje a los estudiantes era claro: “La agencia está repartida entre todos, todos tenemos la posibilidad de aportar desde distintas áreas, desde distintos espacios, no solamente como profesionales sino también como ciudadanos, personas, familias y amigos”.


El salto internacional: La Beca Chile
La formación adquirida en el Instituto se convirtió en la puerta de entrada para un nuevo desafío: estudiar en el extranjero. La trayectoria de Javiera alcanzó un nuevo hito este 2024, cuando postuló y fue aceptada para la Beca Chile y cursará el máster Prosperity, People and Planet MSc en University College London. “Sentí mucha emoción y gratitud. Yo sé que la Beca Chile no es fácil de ganar, es altamente competitiva. Para mí significa una oportunidad impagable, me va a cambiar la vida de seguro”, reconoce.
La Beca Chile es un programa gubernamental que financia estudios de postgrado en universidades extranjeras de excelencia. Altamente competitiva, busca formar capital humano avanzado en áreas prioritarias para el desarrollo del país, incluyendo la sustentabilidad y el medio ambiente.
El proceso de obtención de la Beca Chile fue intenso. Con el apoyo de docentes que conoció en el Instituto como Pablo Cea, docente del SUS1000 y profesor del diplomado, quien escribió una de sus cartas de recomendación y de Francisco Urquiza, subdirector de Docencia del IDS, quien revisó sus respuestas, Javiera logró justificar la relevancia de su programa y su idoneidad como becaria. El 31 de julio recibió la noticia: había sido seleccionada.
La transformación completa
Mirando en retrospectiva, Javiera es clara sobre el rol que ha tenido el Instituto para el Desarrollo Sustentable en su trayectoria: “El IDS ha sido como mi segunda casa realmente, he hecho amistades, lazos profesionales, académicos han estado siempre dispuestos ayudarme en lo que necesite, y si yo no hubiese tomado en SUS1000 quizás no me hubiese dado cuenta de qué era un camino posible”.
Su motor de vida, como ella misma dice, es “investigar y descubrir cosas”, y el camino iniciado casi por casualidad en el SUS1000 le ha abierto un horizonte infinito de posibilidades.


Mirando al futuro y a las nuevas generaciones
Los sueños de Javiera trascienden lo personal. “Me voy un poco con la intención de profundizar quizás en esta parte social de la crisis socio ambiental y para formarme y después poder volver a Chile, volver a Latinoamérica y ser un aporte en términos de las necesidades que tienen las comunidades respecto a estos desafíos que no son menores”.
Su visión es esperanzadora: “Confío en que trabajo conjunto en un trabajo donde distinto conocimientos distintas voces, no solamente humanas, sean consideradas. Todavía hay oportunidades para trabajar por una cultura más justa y regenerativa“.
Para quienes hoy comienzan en el SUS1000, Javiera tiene un mensaje claro: “Yo sé que probablemente han escuchado muchas cosas sobre el curso, pero que se entreguen a la experiencia que traten de bajar los prejuicios, de bajar las ideas preconcebidas y se permitan seguir este camino de aprendizaje que es hecho con mucha dedicación, con mucho cariño, con personas muy comprometida”.
Su consejo es simple pero poderoso: “Aprovechen las oportunidades y si esto es algo que les interesa. Hay oportunidades, hay espacios para involucrarse, la universidad también está muy comprometida con la sustentabilidad en general, entonces es un espacio muy rico en oportunidades”.
La historia de Javiera del Canto demuestra que los grandes cambios a veces comienzan por casualidad. Un curso tomado “por los cupos disponibles” se convirtió en el punto de partida de una transformación que la llevó desde las aulas de diseño hasta las universidades internacionales más prestigiosas para seguir investigando y ser un aporte para la sociedad.
Su trayectoria es un testimonio del poder transformador de la educación cuando se combina con propósito, comunidad y la valentía de seguir explorando lo desconocido. En un mundo que enfrenta desafíos socioambientales sin precedentes, historias como la de Javiera del Canto nos recuerdan que cada estudiante tiene el potencial de convertirse en agente de cambio, y que a veces, las casualidades pueden ser el inicio de los caminos más extraordinarios.
