¿Sabías que por cada litro de cerveza que se produce se generan 200 gramos de residuo llamado bagazo cervecero?

19 de December 2025

Desde esa pregunta tan simple como significativa nació el taller abierto de biomateriales “Conociendo el bagazo cervecero”, una instancia de sensibilización y creación participativa que invitó a mirar de frente un residuo cotidiano y a imaginar nuevos futuros para él.

La actividad se desarrolló en el marco del fondo semilla “Del residuo al renacimiento: los sorprendentes viajes del bagazo”, proyecto liderado por las académicas del Instituto para el Desarrollo Sustentable, Paula de Solminihac, profesora asociada y jefa del Departamento de Escultura de la Escuela de Arte UC, además de directora ejecutiva de Nube Lab; y María Cristina Ravanal, profesora asociada de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales.

El taller formó parte de las jornadas de experimentación con bagazo de cerveza y se realizó en Nube Lab, laboratorio de procesos creativos. Fue guiado por la artista Javiera Álvarez y la diseñadora Camila Rico, quien desarrolló las recetas de biomateriales para su proyecto de título “baz! materialidades cerveceras”, y quienes además acompañaron a estudiantes, investigadores y miembros de la comunidad local en un proceso colectivo de exploración material.

En Detalle, el proyecto investiga el potencial del bagazo, residuo de la industria cervecera, como recurso creativo para el arte y la educación, desde una perspectiva de economía circular. La metodología integra investigación, visualización y participación juvenil, y se despliega en tres acciones principales:

· Una infografía histórica sobre el bagazo.

· Un taller de prototipado para experimentar directamente con el material.

· Una pieza audiovisual educativa de la serie La Pizarra que documenta el proceso.

Durante el taller, las y los participantes fueron invitados a tocar, observar y comprender el bagazo, reflexionando colectivamente sobre cómo podría transformarse en un biomaterial. Tal como se destacó en la experiencia María Cristina Ravanal, “a través de conocimientos y experiencias compartidas fuimos entendiendo las características del material y la escala del problema. Y si bien las soluciones parecen lejanas, fuimos despertando una curiosidad que no teníamos por un problema que desconocíamos, primer paso para el trabajo comunitario en soluciones sostenibles”.

Entre los próximos pasos del proyecto se encuentra el desarrollo de una infografía sobre el proceso de generación del bagazo, desde sus orígenes, cuando no era considerado un residuo, hasta su actual condición de problema medioambiental. En paralelo, se prepara un nuevo taller que se realizará en enero en la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales.

Este trabajo se alinea con el objetivo de los Fondos Semilla de Investigación para el Desarrollo Sustentable, que buscan promover la investigación colaborativa entre distintas disciplinas, tal como ocurre en este proyecto que cruza ciencia y arte para repensar los residuos industriales y abrir caminos hacia una cultura visual crítica y sustentable.